¿Le da vértigo solo de escuchar sobre «blockchain, criptomonedas, NFTs y metaverso? Todos ellos son parte de la denominada Web3, y es ahí donde radica el futuro.
Durante un evento reciente de Springboard, Dan Monaghan habló sobre la nueva ola de la Internet. Como fundador de WSI y Clear Summit Group, Dan es un líder de pensamiento ampliamente reconocido en el entorno de la tecnología y el marketing digital. Por ello, ¿quién podría guiarnos mejor que él sobre la importancia de proteger la propiedad intelectual de marca en un entorno crecientemente digital?
Dan habló sobre lo que nos espera en el futuro y cómo podemos estar preparados(as) para la Web3. Intentaré resumir algunos de los puntos focales de su presentación, pero le recomiendo ampliamente ver la presentación completa aquí:
Los líderes exitosos de negocios tienen la capacidad de reconocer oportunidades y amenazas en el panorama futuro.
Poco después del lanzamiento de WSI en 1995, Google abrió la World Wide Web para todos. En aquel tiempo, los sitios web eran estáticos, solo los administradores podían actualizarlos y los usuarios leían pasivamente el contenido disponible. Eso era el tiempo de la Web 1.0.
El sitio web de una empresa estaba en el centro de su estrategia de marketing digital; con el paso del tiempo y el crecimiento de la tecnología, surgieron muchas plataformas y elementos nuevos (como Facebook, LinkedIn, y Twitter) que comenzaron a agregar contenido a los sitios web. La Web 2.0 surgió cuando los usuarios empezaron a aprovechar esas herramientas y a agregar contenido a la web.
Ahí estamos todavía: en medio de la Web 2.0. Aquellos que generan y curan el contenido aprovechan el conocimiento de «las masas», para lograr contenido más preciso (y, por ende, valioso). Los medios sociales llegan a todo el mundo y permiten a los usuarios conectarse y compartir su forma de pensar sobre política, sobre su programa favorito de la HBO o sobre el último widget que compraron en Amazon.
La desventaja de la Web 2.0 es que se ha centralizada. Solo un puñado de plataformas dominantes, como Google, Facebook o Amazon, son dueñas de la mayor parte de la información digital. Después de todo, ese es el precio que hay que pagar por tener acceso libre a la web y sus servicios; de igual forma, esas compañías tienen acceso a su información personal (datos como su nombre, dirección, correo electrónico, cumpleaños, hábitos de compra, etc.), y esto no suena mal hasta que nos damos cuenta de que estas empresas venden (o administran) la privacidad a cambio de la «friolera» de $600 mil millones de dólares anuales.
La promesa de la Web3 es cambiar significativamente este paradigma de uso de los datos personales de la gente como su fueran moneda de cambio. Lógicamente, como ocurre con todas las grandes promesas, ¡es más fácil decirlo que hacerlo! Vayamos un poco más a detalle sobre cómo la Web3 planea lograr este cambio de fondo y cómo funciona la Internet con el blockchain.
Toda transacción moderna pasa a través de una plataforma comercial. Piense en los pasos que da para ir a la tienda de autoservicio y pagar con su tarjeta de crédito o débito. Los intermediarios (como Moneris, Visa o Mastercard) son dueños de bases de datos centrales.
Ahí es donde entra en el panorama el blockchain que descentraliza todo de manera que no exista ya una base de datos central propiedad de una sola entidad. Mediante la eliminación de los intermediarios, blockchain transfiere el poder del control de las entidades a todas las partes de la red. Y ya que la naturaleza del blockchain es inherentemente transparente, las partes pueden ver lo que ocurre dentro de él. Esto significa que los usuarios ya no dependerán solo de la confianza, sino podrán verificar por sí mismos.
Como parte del blockchain, hay más de 20,000 criptomonedas diferentes, entre ellas: Bitcoin, Ethereum y la economía del token. Los tokens no fungibles (en inglés, NFTs) son activos singulares que existen en el blockchain y pueden intercambiarse en el entorno de negocios de las cripto. El valor de los NFTs se basa en la autenticidad y escasez codificada en los NFTs mismos.
Ahora que sabemos cómo puede el blockchain ser un elemento disruptivo de la centralización digital, examinaremos algunos negocios que han cambiado las reglas del juego y son una inspiración:
El metaverso combina RA (Realidad Aumentada, también AR) y RV(Realidad Virtual, también VR) para crear "un mundo virtual en que la gente viva, trabaje, compre e interactúe desde la comodidad de su sillón en el mundo real."
Con tantas plataformas pugnando por el primer lugar, los mundos virtuales surgen todo el tiempo intentando ser quien mande, y con el blockchain podemos llevar los activos digitales de un mundo a otro (Gucci es un excelente ejemplo de ello).
¿Cómo puede un negocio estar preparado en este nuevo entorno tan nuevo y competido?
Otras tendencias que hay que seguir son:
¡Sin olvidar que la disrupción normalmente viene de afuera! Como expresa Tim O’Reilly: "La tecnología parece avanzar lentamente y luego de golpe”. Para que su negocio se mantenga a la vanguardia y en la cresta de la curva de la Web3, será importante que expanda su visión periférica y busque activamente oportunidades.
Sabemos que todo esto puede ser abrumador, ¡el futuro siempre lo es!
Por ello, si quiere aprender más sobre la Web3 o sobre cualquier tema relacionado con marketing digital, platique no nuestros expertos. Póngase en contacto con WSI, y uno de nuestros consultores tendrá el placer de ayudarle y guiarle al mundo de la Web3 y del marketing digital.